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La marcha LGBT, historia social y política

Con el propósito de conmemorar los 50 años de stonewall, la emblemática marcha del orgullo y el mes de la ciudadanía plena para las personas de los sectores LGBTI, Red Somos entrevisto a Manuel Velandia, quien fue uno de los organizadores de la primera marcha gay como se conoció en ese momento y cofundador del Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia (MLHC) en 1976.


¿Cómo era el movimiento LGTBI en sus inicios en Bogotá?

Debemos recordar que lo LGTBI es algo mucho más reciente. Inicia como una organización de hombres homosexuales, sólo hasta 1981 aparecen las primeras dos mujeres lesbianas; una de ellas siguió participando activamente durante muchos años, es Liliana Gómez Ángel, la otra era una fotógrafa: Yolanda Clavijo. El movimiento estaba muy interesado en los temas políticos y rápidamente hubo un interés en temas jurídicos dado que en ese momento la homosexualidad era delito en Colombia. Algo interesante que vale la pena recordar es que inicialmente la homosexualidad era considerada enfermedad y pasó a ser delito; fue por esto que nos embarcamos en la tarea de la despenalización en el código penal colombiano que estaba vigente desde 1936. Por otra parte, vale la pena señalar que cuando los homosexuales se acercaban para buscar su libreta militar se les rechazaba y se les ponía en el documento profesión homosexual.


¿Cómo recuerda usted el surgimiento de la marcha LGTB en la ciudad?

El nuevo Código Penal en el que se despenaliza la homosexualidad empieza a regir desde mitad de 1981. Lo primero que a mí se me ocurrió fue algo que hoy llamaríamos una performance, Jaime Galindo y yo nos ubicábamos en la esquina de la carrera séptima con calle 19, en las horas pico y nos dábamos besos en la boca para observar la reacción de la gente, esto era posible porque al ya no ser delito tampoco lo eran las expresiones afectivas en público, aun cuando de eso no hablaba la ley; También propuse salir a bailar y hacerlo cuando llegara la policía, los agentes nos llevaban a Monserrate (2640 metros más cerca de las estrellas), nos desnudaban y nos echaban agua fría, así que lo que buscábamos era recalcar que no podía haber un código de policía por encima del Código penal. La despenalización fue el punto de quiebre desde el que partimos para hacer la propuesta de la marcha. Esto nos posibilitó la obtención del permiso para realizarla. La primera marcha de América Latina fue el 22 de abril de 1973 en la ciudad de Santiago; vino luego México, fue en 1979 y se le llamó la “Marcha del clóset”; en 1995 se realizó la primera Marcha del orgullo alrededor del Parque Kennedy en Miraflores (Lima, Perú) y posteriormente en. Los disturbios de Stonewall consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas de gay, lesbianas, transexuales y simpatizantes en protesta contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969.


La nuestra fue el 28 de junio de 1982 fuimos los terceros latinoamericanos en hacerla. La consigna lema: saltemos por la ventana, el recorrido se realizó desde la Plaza de Toros de Bogotá (carrera 7ª calle 30) a Plazuela de las Nieves (calle 20: los organizadores fuimos Manuel Velandia y Guillermo Cortés desde la Revista Ventana Gay, el GELG Grupo de Encuentro por la Liberación de los Gëis y el Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia. Hubo +/-30 participantes incluyendo una lesbiana y una chica trans. Revista Semana nos dedicó un artículo, hubo entrevistas de Televisión, informes de agencias internacionales y nacionales de noticias y El heraldo de Barranquilla publicó una nota bastante homofóbica.


La policía envió 100 de sus agentes, quienes uniformados para una acción antimotines se hicieron a lado y lado de la vía; nos obligaron a caminar por la acera. Con apoyo del Sindicato de trabajadores de la ETB, quienes nos facilitaron tarima y sonido hicimos dos Intervenciones primero habló León Zuleta y luego Velandia. Marchamos con la cara pintada con el número de nuestro documento de identidad y un triángulo rosa. Dos pasacalles con los slogans "Ni delincuentes ni antisociales, simplemente homosexuales", y "Madre si tus amas a tu hombre, deja que yo ame al mío". Dos travestis se acercaron a la tarima y nos entregaron dos ramos de flores. Yo tomé el mío y se lo di al comandante de la policía, dándole el agradecimiento por su presencia y apoyo, y en homenaje a los policías homosexuales que no podían estar en la marcha sino acompañando desde fuera.



¿Qué opina sobre el desarrollo que ha tenido la marcha durante este tiempo?

La segunda marcha se hizo 14 años después, en 1996. Fue la primera vez que sacamos una bandera arcoiris, esta tenía 16 metros de largo por 3 metros de ancho. La hicimos sin permiso de las autoridades competentes aprovechando el espacio de la ciclovía.

La marcha se siguió realizando año tras año. A mí me parece que siempre ha tenido una Consigna lema esto parece sólo estar en la conciencia de los organizadores, pero muy poco y en la de los participantes. El sentido político de la marcha Debería ser definido por todas las personas, pero creo que precisamente el problema radica que las organizaciones no son muy representativas de las necesidades de la base sino de las ideas de quienes asumen los liderazgos. Muchos de ellos son líderes entre comillas, porque no representan las voluntades populares ni han sido elegidos por la propia comunidad o al menos reconocidos por esta. Creo que siempre ha habido discriminación hacia el reconocimiento del cuerpo de las personas trans y cabe señalar que se violenta a quienes transitan hacia la feminidad; las masculinidades siempre han gozado del poder, incluso las Neo masculinidades.

Desde mi óptica la marcha no sólo debe ser política sino también un carnaval porque hay mucho por reivindicar, pero especialmente hay mucho que celebrar.


¿Qué cree usted que se puede mejorar de la actual marcha LGTBI en Bogotá?


A mí me llama la atención que no hay una sino tres marchas. Tal vez no tod*s se sienten representad*s en sus necesidades y especificidades por lo que se hace necesaria una lectura crítica de esta situación y dar una respuesta en la que participen todos los sectores involucrados. La marcha debe ser un ejercicio de consenso y no la expresión de un disenso.


¿Qué mensaje puede darnos sobre la importancia de salir a marchar?

Somos un río de gente que camina, que celebra, que se siente en carnaval. En este momento concreto en el que hay un marcado interés en restringir nuestros derechos y en el que el Estado nos ha borrado de sus presupuestos es necesario hacerle saber a la clase política, a las iglesias, a las familias, a los medios de comunicación masiva y a la sociedad civil en general que somos ciudadanos, personas y sujetos plenos de derechos; que como tales no permitiremos la discriminación y denunciaremos cualquier forma de violencia hacia nuestro colectivo. Los motivos particulares son importantes, las expresiones individuales no deben ser obstruidas, pero debe dársele fuerza aquello que es común a todes nosotres: la reivindicación de nuestros derechos sociales y particulares, y el orgullo de ser lo que estamos siendo.


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